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Comunidades de propietarios y movilidad eléctrica: claves para instalar puntos de recarga

By 5 de noviembre de 2025No Comments

La movilidad eléctrica ya no es una tendencia futura, sino una realidad que redefine el parque residencial y las comunidades de propietarios en Cataluña. En 2025, el número de vehículos eléctricos matriculados en España supera las 220.000 unidades, de las cuales más de 45.000 circulan por Cataluña, según datos de la Direcció General d’Energia de la Generalitat.

Este crecimiento sostenido ha impulsado una transformación necesaria en los edificios residenciales, especialmente en aquellos con aparcamiento comunitario: la instalación de puntos de recarga eléctrica.

Más allá de una cuestión de comodidad, se trata de un requisito legal y energético clave, con subvenciones activas y un marco normativo que facilita la implementación sin obstáculos excesivos.

 

 Marco normativo actual en Cataluña y España

El marco jurídico que regula la instalación de puntos de recarga en comunidades de propietarios se apoya principalmente en dos pilares:

 

> Ley de Propiedad Horizontal (LPH)

Desde la reforma de 2021 (Real Decreto-ley 29/2021), no es necesario el permiso de la comunidad para instalar un punto de recarga vinculado a una plaza de garaje individual.

El propietario únicamente debe comunicarlo por escrito al presidente o al administrador de la comunidad antes de iniciar la instalación.

El coste corre a cargo del solicitante, salvo que la comunidad decida adoptar una infraestructura colectiva, en cuyo caso el gasto se reparte según coeficientes.

 

>Código Técnico de la Edificación (CTE) y Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT)

Las actualizaciones del CTE DB-HE y la ITC-BT-52 establecen que:

  • Todos los nuevos edificios residenciales deben contar con preinstalación de recarga en el 100 % de las plazas.
  • Los edificios existentes que acometan reformas importantes deberán adaptar al menos un 20% de las plazas a dicha preinstalación.
  • Se recomienda que los puntos de recarga sean inteligentes, con conexión a red domótica o de gestión energética.

En Cataluña, el Institut Català d’Energia (ICAEN) y el Departament d’Empresa i Treball son los organismos competentes en la aplicación de estas normas, ofreciendo soporte técnico y subvenciones específicas.

 

Subvenciones y ayudas activas en 2025

Cataluña mantiene abiertas las líneas de ayuda MOVES III, prorrogadas hasta julio de 2025, con fondos cofinanciados por la Unión Europea (NextGenerationEU).

Principales características del programa MOVES III (actualización 2025):

  • Hasta el 70% de subvención sobre el coste total de instalación del punto de recarga
  • En comunidades de propietarios, la ayuda puede alcanzar los 80% en caso de puntos de uso compartido o comunitario
  • Cuantías máximas de entre 1.000€ y 5.000€ por punto de recarga, según potencia y tipo de gestión
  • Posibilidad de compatibilizar con deducciones fiscales en IRPF para rehabilitaciones energéticas o mejoras de eficiencia

El ICAEN ha informado que Cataluña lidera las solicitudes de puntos subvencionados, con más de 52.000 expedientes tramitados hasta mayo de 2025. En Barcelona, los distritos de Sarrià, Eixample y Les Corts concentran el mayor número de peticiones, impulsadas tanto por propietarios individuales como por comunidades completas.

 

Retos prácticos en comunidades: técnica, consenso y costes

Aunque el marco legal es favorable, las comunidades de propietarios suelen enfrentarse a tres desafíos comunes:

  1. Compatibilidad técnica del sistema eléctricos > Los edificios antiguos pueden necesitar ampliar potencia o cuadro general. Se recomienda siempre un proyecto técnico firmado por un instalador autorizado y supervisado por la compañía distribuidora.
  2. Decisiones comunitarias y comunicación > Si varios vecinos planean instalar puntos, es recomendable optar por una canalización común para evitar obras sucesivas. Abarca recomienda convocar una junta informativa con asesoramiento técnico antes de tomar decisiones.
  3. Gestión de costes y mantenimiento > Los sistemas compartidos pueden incluir contadores individuales o centralizados, según el uso. Algunos instaladores ofrecen mantenimiento preventivo y monitorización digital, útil para el reparto automático del consumo.

Beneficios de la instalación: sostenibilidad, valor y eficiencia

Los beneficios son claros y tangibles:

  • Revalorización del inmueble: según Idealista Data, los garajes con punto de recarga pueden incrementar su valor entre un 5% y un 12% en zonas urbanas
  • Ahorro y eficiencia: los cargadores domésticos reducen el coste por kWh a la mitad respecto a los públicos
  • Sostenibilidad y compromiso ambiental: las comunidades con infraestructura eléctrica moderna mejoran su certificación energética, lo que incide en el valor global del edificio
  • Atracción de compradores e inquilinos jóvenes, cada vez más comprometidos con la movilidad sostenible

Casos reales en Barcelona

En 2024 y 2025, varios proyectos gestionados en la ciudad destacan por su éxito:

  • Comunidad en Sant Gervasi – Galvany: instalación de infraestructura colectiva con ocho puntos de recarga subvencionados por el MOVES III, coste final 40% inferior al inicial
  • Promoción en Poblenou (22@): sistema inteligente de gestión de carga vinculado a la red fotovoltaica del edificio, que reduce el consumo energético en un 27%.
  • Comunidad en Les Corts: modelo de instalación híbrido (privado + comunitario) que facilita futuras ampliaciones sin nuevas obras

Estos ejemplos confirman que la colaboración entre administradores, instaladores y asesores energéticos permite obtener resultados sostenibles y económicamente rentables.

 

Abarca, al lado de las comunidades hacia una movilidad más sostenible

En Abarca, acompañamos a comunidades de propietarios y administradores en la transición hacia una gestión energética eficiente.

Como cada año, Abarca realiza una consultoría energética gratuita con sus clientes, analizando las oportunidades de mejora sostenible en cada edificio y ayudando a las comunidades a anticiparse a las nuevas normativas.

El impulso de la movilidad eléctrica no solo transforma cómo nos movemos, sino también cómo gestionamos los edificios en los que vivimos. Instalar puntos de recarga hoy no es una moda, sino una decisión estratégica que incrementa el valor del inmueble, reduce los costes futuros y mejora la convivencia con un horizonte más sostenible.

Barcelona y Cataluña están a la vanguardia de este cambio, y las comunidades que se adapten primero disfrutarán de más ayudas, más valor y más futuro.